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  • Foto del escritorElvis Flores

La evaluación entre letras y números: el Ministerio en su laberinto

Este año se generaliza la implementación del Currículo Nacional de la Educación Básica (CNEB), aprobado mediante R. M. Nro. 281-2016-MINEDU. En el documento aprobado se declara que “Desde un enfoque formativo, se evalúan las competencias, es decir los niveles cada vez más complejos de uso pertinente y combinado de las capacidades, tomando como referente los estándares de aprendizaje”. Estos estándares “constituyen criterios precisos comunes para comunicar no solo si se ha alcanzado el estándar, sino para señalar cuán lejos o cerca está cada estudiante de alcanzarlo”. En efecto, esta es la razón de ser de la evaluación: proporcionar a los estudiantes devoluciones

permanentes y oportunas acerca de lo que han hecho o lo que les falta por hacer en función de los aprendizajes previstos. En otras palabras, gracias a la evaluación sabremos si los estudiantes alcanzaron lo esperado, hicieron más de lo esperado o están por alcanzar lo esperado. Por esta razón, en el CNEB se establece la siguiente

escala de calificación: AD (Logro destacado), A (Logro esperado), B (En proceso) y C (En

inicio). Esta escala no es nueva, pues en Inicial y Primaria se viene utilizando desde hace más de diez años. O sea, que los estudiantes y los padres de familia ya están familiarizados con esta forma de calificación. Y los profesores de Secundaria también habían asumido que desde este año utilizarían la misma escala, pues el CNEB tiene más de un año de publicación. Incluso, el mismo Ministerio de Educación (Minedu) ha realizado capacitaciones sobre el asunto.

Sin embargo, cuando los profesores de secundaria estaban familiarizándose con la escala establecida en el CNEB, de pronto, representantes de la alta dirección del Minedu presentan una escala de calificación diferente. Se mantiene los cuatro grados de la escala, pero con códigos diferentes: LMS (Logro muy satisfactorio), LS (Logro satisfactorio), LB (Logro básico) y LI (Logro Inicial). No queda claro aún, si esta nueva escala solo es para secundaria o también para los otros niveles. Si solo es para secundaria, ¿dónde queda entonces la articulación de los niveles y modalidades de la educación básica? Ahora bien, ¿existe un argumento pedagógico de peso para cambiar unos códigos por otros?, ¿de qué sirve que se ponga tanta atención en los códigos de una escala cuando no se tiene claridad sobre cómo se desarrollan y evalúan las competencias? En esto último se debe invertir tiempo, esfuerzo y dinero y no en la intrascendencia de optar por unas letras u otras. No había necesidad de alterar lo que el maestro ya estaba interiorizando, reforzando así la idea de que todo se improvisa y se cambia sobre la marcha, de acuerdo con la inspiración de las autoridades de turno. Definitivamente, el Ministerio de Educación se está ganando a pulso la predisposición negativa de los maestros. Todo marchaba bien, pero ante estas dubitaciones, con razón o no, cada quien aspira a su propio currículo.


Si bien aún no hay un documento oficial al respecto, esta debe ser una decisión tomada por eso es que ya fue anunciada en diferentes medios de comunicación. Ahora, no se trata únicamente de cambiar la escala, tiene que haber una resolución ministerial que modifique a la anterior. Esto no se puede cambiar con una directiva o una norma técnica de menor rango. Aparte de estas exigencias administrativas que seguramente se tendrán en cuenta, los especialistas del Minedu deben explicar con argumentos pedagógicos sólidos el porqué del cambio y qué significa cada uno de los niveles establecidos. Deben explicar qué es lo están entendiendo por LOGRO. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua española, LOGRAR es “conseguir o alcanzar lo que se intenta o desea”. Según el CNEB, los estudiantes a lo largo de la educación básica deben desarrollar un conjunto de competencias, para lo cual se han establecido desempeños por grado que describen lo que “hacen los estudiantes respecto a los niveles de desarrollo de la competencia (estándar de aprendizaje)”. Debe entenderse entonces que estos desempeños constituyen el logro esperado, o en los términos de la nueva escala, serían el logro satisfactorio. ¿Cuándo se habla, entonces, de logro básico e inicial? Cuando se fija una meta y esta es alcanzada, se dice que ha sido lograda; ¿qué sucede al inicio?, ¿se puede hablar de logro cuando recién empieza el camino hacia la meta?, ¿si estamos a la mitad del camino se puede hablar de logro básico? Exijo una explicación diría Condorito.


Por otro lado, ¿qué diferencia sustantiva puede haber entre las dos escalas en cuestión? Si se trata de evitar que se haga equivalencias con la escala vigesimal, esto se puede hacer cualquier escala. Es más, hay que tener por sentado que el maestro seguirá calificando de cero a veinte y después hará la conversión a letras, sea con la escala que sea. En primaria, en muchos casos se sigue haciendo esto. El hecho de que la escala literal se esté utilizando desde hace muchos años no significa que se la esté utilizando bien. Es lo mismo que está sucediendo con las competencias. Estas han sido incluidas en el currículo desde el siglo pasado, pero en el aula se siguen transmitiendo conocimientos salvo honrosas excepciones, y no porque el maestro no quiera hacerlo, sino porque desde el Minedu se han dedicado a cambiar currículos a diestra a siniestra,

pero no han atendido lo más importante: la formación inicial y permanente del maestro. Otro de los argumentos para cambiar la escala es que se trata de evitar etiquetas entre los alumnos, como catalogarlos de BUENOS, REGULARES o MALOS. Lamentablemente, esta categorización va a persistir por sobre cualquier escala, porque es obra del mismo sistema, diseñado para discriminar entre buenos y malos. Si el propio CNEB plantea estándares de aprendizaje, quienes los alcancen serán los mejores, y quienes no lo hagan, a pesar de su esfuerzo, serán catalogados como malos. Esta discriminación no se supera con el cambio de escala, sino con el cambio de enfoque.


Insisto, el problema no es la escala. ¿Por qué la persistencia de cambiarle el discurso al maestro a cada rato?, ¿por qué cambiar de una escala a otra cuando con cualquiera de ellas hará lo mismo si previamente no se lo capacita en cómo desarrollar y evaluar las competencias? Es preferible invertir tiempo, esfuerzo y dinero en capacitar al maestro, en darle herramientas pedagógicas para que sepa cómo desarrollar las competencias y, consecuentemente, cómo evaluarlas. Finalmente, AD, A, B,C o LMS, LS, LB, LI, no tendrán sentido si previamente no se tiene una idea clara de por qué evaluar desempeños, por qué describir niveles de logros y cómo hacerlo, cómo evaluar desde un enfoque formativo, etc. Da la impresión que desde el Minedu no se tiene una idea clara de este enfoque por eso es que la atención se concentra en el uso de una escala u otra. Cuando se maneja el enfoque, la calificación se puede realizar hasta con números, como, en efecto, se hace en otros países que también desarrollan competencias. Números, letras o símbolos, cualquiera de ellos se pueden utilizar como códigos de una escala, lo importante es el significado que se les otorga, mediante la descripción de los niveles de logro a los cuales representan. Esperemos mejores anuncios en los próximos días.

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